Pero realmente a los perros no les gustan las pelotas, nosotros hacemos que les gusten hasta límites insospechados, creamos yonkis auténticos de las pelotas que son incapaces de hacer algo que no sea traer la pelota cuando se la tiramos. Perros que ignoran estímulos que la naturaleza ha hecho atractivos para ellos por jugar con la pelota, pelota que en la naturaleza no existe.
Muchas veces nos consultan sobre perros muy nerviosos, activos, que no saben qué hacer con ellos, y es que hacer crecer el mundo del perro alrededor de una pelota puede traer muchas consecuencias negativas y muchas veces los dueños no son conscientes de ellos.
Es normal que al cachorrito le guste perseguir cosas. El movimiento activa parte de su secuencia de caza y por eso persiguen juguetes. Algunos individuos más que otros, pero es algo que la naturaleza otorga a todos nuestros perros. Esa activación es autosatisfactoria para el perro; es decir, la naturaleza ha hecho que ese perseguir presas le guste al perro por el mero hecho de perseguirlas, ya que si no cuando el depredador no cace en varias ocasiones dejaría de hacerlo. La naturaleza aunque no lo creamos es mucho más lista de lo que nosotros pensamos. Con lo cual es terriblemente fácil hacer que a un perro le guste perseguir cosas y sobre todo pelotas que con su forma esférica permite coger velocidades que activan muchísimo a nuestros perros.
Aparte la naturaleza hace que cuando nuestros perros “cazan” (o un depredador caza) su cuerpo genera una activación altísima para conseguir alcanzar esa presa. Esa activación para la caza la naturaleza ha hecho que luego se libere en el momento de la masticación de la presa. La caza activa y estresa al animal en la medida necesaria para la consecución de la presa. Al comerla, la masticación libera y relaja ese estrés acumulado. Cuando jugamos con las pelotas generamos toda esa activación pero no favorecemos la liberación, con lo que muchas veces vamos creando a nuestro perro una mochila de estrés residual que no puede liberar (y que al final se puede transformar en agresiones a otros perros, ladridos, reacciones exageradas, falta de atención a lo que decimos…). Y todo eso día a día, una y otra vez, reducimos su vida a eso. Y luego decimos que el perro es nervioso, que no para, que es muy activo… y nosotros somos la principal causa de hacer a nuestro perro así y de los problemas que genera.
Tenemos que cansar a nuestro perro. Esa es otra máxima que tenemos en la cabeza. ¿Cómo lo canso si cansarme yo? Con la pelota. Reduzco la salida a ir al descampado de al lado de casa le tiro veinte veces la pelota y me subo y ya tengo al perro reventado. Al final es un comportamiento egoísta por nuestra parte, preferimos cansar al perro en 20 minutos que pasear al perro una hora y media, lo cual no generaría agotamiento pero si el desgaste necesario para el día a día de nuestro perro de una manera natural y adecuada.
Además vamos sumando otros apuntes. Normalmente jugamos con nuestro perro con pelotas de tenis. La pelota de tenis es ideal para destrozar los dientes de tu perro. Tal que así. La pelota de tenis es de fibra que al roce y contacto con los dientes del perro producen desgaste en ellos. Los van limando poco a poco dejándolos romos en lugar de afilados. Este daño continuo que provocamos en nuestros perros puede generar problemas dentales, de alimentación, masticación, etc. Ahora que tu perro tiene 2 años a lo mejor no lo valoras, pero cuando tu perro tenga 9 seguramente tendrás que darle puré. Además dejar que el perro se coma la pelota de tenis o su cubierta puede ser un riesgo ya que se está tragando pegamentos, cauchos, etc que pueden generar intoxicación. Por eso si decides jugar con pelotas, hazlo con pelotas ideadas para perro, las hay de goma dura (las que nosotros recomendamos), hay imitaciones de pelotas de tenis de pelo natural y materiales que no dañan los dientes, y muchos juguetes que no dañan la dentadura de nuestro perro.
Otros problemas del juego de pelota son las consecuencias físicas que generamos en nuestro perro. Las arrancadas de cero a cien, las frenadas de cien a cero son peligrosísimas para las articulaciones del perro, más aun si el nuestro es de talla grande como puede ser un pastor alemán, Golden retriever, labrador… forzar a nuestro perro todos los días jugando a traer la pelota puede ser una manera ideal de acortar la vida de sus articulaciones, incrementar problemas de salud (que en muchas razas ya viene de serie…) aumentar nuestro gasto veterinario y sobre todo el sufrimiento innecesario del animal.
Además en muchas ocasiones comenzamos necesitando solamente diez minutos para cansar al perro. Este tiempo se va prolongando porque sin darte cuenta estás entrenando la musculatura de tu perro haciendo series de sprint varias veces al día. Sin querer estas creando una musculatura excesiva y descompensada en el perro (al trabajar siempre los mismos músculos y ejercicios) que juega en tu contra ya que cada vez aguanta más. Y esos diez minutos se convierten en horas y tu perro sigue como si nada. Por el entreno que le has hecho y por lo que comentábamos más arriba de lo fácil que es hacer que a tu perro le guste jugar con la pelota. Tu perro ya es capaz de jugar hasta que le dé un infarto (y puede parecer exagerado, pero no lo es, lamentablemente).
Jugar con nuestro perro a la pelota de manera excesiva también tiene consecuencias a nivel social. Nuestro perro preferirá jugar con la pelota que la interacción con otros perros o con personas. Es común el perro que se deja tocar pero solamente está pendiente de la pelota, lo puedes tocar o tirarlo por un barranco, el solo quiere su pelota. Su foco atencional se va reduciendo solo a la pelota y que hacer para que se la tiremos y comenzamos a mover motores cada vez más individuales y menos sociales.
Otra problemática que genera el juego de la pelota es las inercias que genera en el comportamiento del perro. SI un día no hay pelota el perro comienza a ladrar y se tira todo el tiempo del paseo con un nivel de ansiedad brutal esperando esa pelota que ese día no aparecerá. Además la mayoría de veces genera una distancia de unos 3-5 metros hacia el dueño para ver bien hacia dónde va la pelota. Luego en pleno juego viene un coche y tu perro se queda en medio porque está en esa distancia y no es capaz de recibir, entender, y responder a la orden de llamada.
– Cambia el juego de tirar la pelota por el juego de morder y tirar contigo. Enseña a tu perro a soltar, a coger a la orden, a traer y seguir mordiendo.
Todo esto son consejos que ofrecemos. Intentemos disfrutar y que nuestro perro disfrute de la mejor manera posible, sin generar problemas físicos, sociales, cognitivos o emocionales, potenciando sus capacidades de perro y quitando la parte negativa o perjudicial del perro.
Un perro es mucho más rico e interesante que una pelota. Te animamos a descubrirlo e investigar sobre ello. Aprende de tu perro. Hay muchas más cosas que puedes hacer con el. Tengas el perro que tengas y la edad que tenga.